Emoción y Razón
Exposición que a través de tres escenarios nos plantea un ejercicio de introspección para visualizar el mundo emocional que se desarrolla en el interior de cada uno de los personajes.
Creadores de una realidad intelectual, sus creencias y sus dos posibles direcciones, la verdad es siempre una y su opuesta.
Escenas que reflejan la influencia emocional de unos individuos sobre los otros, donde se plasma el poder psicológico como fuerza determinante de nuestro comportamiento social. Cabezas como síntesis de sus momentos emocionales.
Una reflexión sobre el papel de la convicción: como somos capaces de crear realidades paralelas que son más determinantes que el mundo físico.
Una muestra en tres escenarios diferenciados: la explanada exterior y los interiores de ambas dos Torres Hejduk.
En el exterior, se sitúa un individuo que surge de la tierra y que forma un pórtico antropomorfo, este interroga con su mirada al personaje que a través de sus brazos crea una entrada, es un ejercicio de introspección que permite visualizar el mundo emocional que se desarrolla en el interior. Ambos personajes, el que solicita y el que da acceso son el mismo.
Y en el interior de las torres se desarrolla esa gran dualidad.
En la primera, el visitante se encuentra una reunión de personajes que escuchan a un líder, creador de una realidad intelectual que se materializa para ellos. Consta de una gran cabeza que simboliza sus creencias y sus dos posibles sentidos a derecha y a izquierda como reflejo de que lo Revelado puede tener ambas direcciones, la verdad es siempre una y su opuesta, depende de las circunstancias.
En la segunda, se presenta una serie de escenas que reflejan la influencia emocional de unos individuos sobre los otros, donde se plasma el poder psicológico como fuerza determinante de nuestro comportamiento social.
Reafirmando este acto introspectivo los diferentes actores se repiten en distintas situaciones e interpretando distintos papeles, las imágenes se reducen a cabezas como síntesis de sus momentos emocionales.
El objetivo final no es mostrar solo la influencia de unos sobre otros, sino que ante todo es una reflexión sobre el papel de la convicción: como somos capaces de crear realidades paralelas que son más determinantes que el mundo físico. Esta influencia se logra a través de la autoridad que es un concepto de dejación. Delegamos el poder en otro que nos parece más capaz para, a través de él, vernos más fuertes. Esta autoridad se ejecuta a través de la inducción, creando una realidad paralela que existe si crees en ella y deja de hacerlo en caso contrario. Es la fuerza de los mitos, las religiones y muchas ideas sociales que no tienen más realidad tangible que la fuerza de la convicción grupal.
Estas ideas son las bases de nuestras organizaciones sociales que están más allá de la pura supervivencia física. Por un lado nos permite crear un mundo organizativo, una colmena que posibilita un dominio del entorno impensable a nivel individual. Aunque por otro lado es un tremendo poder coaccionante. Y crea además barreras culturales entre los distintos grupos difícilmente salvables. La dialéctica apertura-cerrazón es una pugna constante dentro de las sociedades y los individuos que las componen, apertura para captar nuevos adeptos y cerrazón para diferenciarse de los otros. El fin de toda esta mecánica es, como siempre, el dominio sobre los recursos. Para alcanzarlos creamos unos grupos y para esta nueva realidad nada es imposible.
