Los miedos
Esta obra refleja uno de los enigmas que más me fascinan.
Y es el reflejo del mundo de las emociones, de los sueños, toda esa actividad cerebral que escapa a nuestra parte racional y que a decir de la ciencia constituye la base de nuestro comportamiento. La razón racionaliza comportamientos pero su motivación suele ser otra.
Este interés subyace en el arte de todos los tiempos, al fin y al cabo es expresar lo que sentimos con otro lenguaje distinto del racional. Las obras de Fussli, los grabados y las pinturas negras de Goya, los surrealistas, Bacon y muchos otros trataron de utilizar este lenguaje.
Y también es el sustento de mi interés artístico.
En esta obra, casi una escena, se ve a un hombre en una posición de inmovilidad por estar bloqueado en su propia postura, como en espera o meditación y de repente de su suelo o colchón surge una cabeza dispuesta a devorarlo o a dialogar con él, solo acierta a retirar las piernas.